Nuestra experiencia en la organización de bodas nos ha mostrado la amplitud de las posibilidades. Cada pareja es un mundo y, como tal, tiene unos deseos y unas necesidades especiales. No podemos englobar a nuestros novios en un mismo pack porque el resultado de la boda sería un desastre. Pero como en Llévenes Wedding Planner trabajamos la personalización de los eventos, esta semana en el blog queremos hablaros de algo muy especial. Se trata de las ceremonias emotivas, una gran opción para los novios que no quieren contraer matrimonio a través de la Iglesia. ¡Sigue leyendo para descubrir más!
Podríamos considerar ceremonias emotivas a aquellas no válidas legalmente. Esto se da cuando la pareja se ha casado civilmente con anterioridad en el Ayuntamiento o en el Registro Civil. Pero que, pese a ya haber celebrado el enlace oficialmente, quiere reunir a sus familias y amigos para prometerse amor eterno de nuevo. En estas ceremonias emotivas que, en realidad, son la secuela de los actos civiles, podemos dar rienda suelta a nuestra imaginación. Sin restricciones ni requerimientos, la organización de estas ceremonias es mucho más abierta y alberga infinidad de posibilidades.
¿Dónde celebrar ceremonias emotivas?
Como en cualquier boda, las ceremonias emotivas precisan la toma de decisiones importantes. La primera, el lugar en el que se van a llevar a cabo. Seguro que te viene a la mente ese rincón especial en el que siempre soñaste casarte. Pues ahora imagínalo con la decoración acorde a vuestro estilo, que evoque un ambiente que hable de vosotros. Y, sobre todo, en el que se cree un lugar mágico en el que os sintáis cómodos y felices. En este sentido, si queréis evitar el estrés o los imprevistos que se escapen de vuestras manos, mejor obviar los espacios públicos. Es precioso contraer matrimonio en una playa o en un paraje natural, pero no siempre es la mejor opción para una ceremonia tan especial.
¿Quién oficia la boda?
Si la pareja va a contraer matrimonio oficialmente días antes de la boda, para la ceremonia emotiva necesitarán contar con un oficiante especial. Normalmente, este suele ser un/a amigo/a íntimo/a de la pareja o de uno de los novios, o un familiar cercano con un vínculo especial. También existe la opción de contratar a un profesional que se dedique a ello. En cualquier caso, debe tratarse de alguien con gran capacidad de comunicar, que tenga una buena oratoria y sepa transmitir emociones y diversión. Creednos, no es una tarea fácil oficiar una boda como esta. Lo habitual es que tengan mucha más carga emocional que las tradicionales con carácter religioso, puesto que son dirigidas por un ser querido de los invitados. La conexión entre el oficiante y el resto de los asistentes es crucial para que la ceremonia sea mágica.
Nuestro consejo es que no sea demasiado extensa, que esté bien estructurada y cuente con toques de humor y emoción. Y, por supuesto, aunque esto dependerá más de la personalidad del oficiante, es mejor abstenerse de realizar comentarios polémicos para evitar molestar a los invitados. Es decir, nada de hacer alusiones a temas políticos, deportivos o sociales. No se trata de realizar un monólogo, sino de celebrar el amor entre la pareja y sus allegados.
¿Cómo estructurarla?
Tan importante es decidir quién es la persona que oficiará la boda como en qué partes estará estructurada. Lo primero es tener en cuenta que la duración de una ceremonia emotiva no debería exceder los 30 o 40 minutos. Y lo segundo es determinar cuántas intervenciones habrá, quién formará parte de ellas y con cuánto tiempo contarán. Hay que ser muy estrictos con esto, puesto que puede desajustar el resto de la celebración.
Y en el apartado de la estructura de la boda cobra gran importancia el momento de los votos. Suele ser la parte que más gusta de las ceremonias emotivas. ¡Llega el momento de sacar el pañuelo y echar una lagrimita! Con las emociones a flor de piel, es vuestra oportunidad de agradecer a los invitados su presencia, a ese ser querido especial su apoyo y a vuestra pareja su infinito amor.
Los pequeños detalles
Una vez esté claro dónde (y cuándo, por supuesto), quién y cómo, es momento de atender a los pequeños detalles. Si sois aficionados a algún ritual especial, debéis saber que en las ceremonias emotivas tenéis carta blanca. Con total libertad podéis introducir el o los rituales que más os gusten o con los que os sintáis más identificados. Por ejemplo, algunos de los más populares son el de arena, el de la vela o el de los lazos.
Lo mismo ocurre con la decoración de la ceremonia. Aquí podéis jugar todo lo que queráis e incluir multitud de accesorios que os gusten y que sintáis como vuestros. ¿Queréis celebrar una boda temática? ¡Sin problema! ¿Preferís escoger un tipo de decoración que inunde el lugar de celebración? ¡Contad con ello!
Y muy de la mano del gran abanico de opciones en el ámbito decorativo, encontramos la variable musical. ¿Con qué canción os gustaría acercaros al improvisado altar? ¿Qué fondo musical incluiríais en las intervenciones o en vuestros votos? La música es el complemento perfecto de cualquier boda y en una ceremonia emotiva se convierte en coprotagonista total junto a los novios.
Organización de ceremonias emotivas
Si toda esta información te ha aturullado un poco, en Llévenes nos encargamos de organizar todo lo concerniente a tu boda. Contando en todo momento con la participación de los novios – en la medida en la que lo deseen –, nos ocupamos de organizar, decorar y coordinar el gran día de sus vidas. ¿Quieres una ceremonia emotiva como siempre soñaste? Cuéntanos tus ideas y en Llévenes Wedding Planner las haremos realidad.
Imagen de la sesión de fotos KOMOREBI. Proveedores:
- Otaduy: vestidos y zapatos de la novia.
- Felix Ramiro: traje del novio.
- Jorge Larrañaga: zapatos del novio.
- Eva Canencia: decoración floral, ramo y corona.
- Llévenes Wedding & Event Planner: wedding planner.
- Chelo Escobar: maquillaje y peluquería.
- IVM Estudio: lettering e invitaciones:
- Dulce Bailarina: tarta.
- Cinematempo Films: vídeo.
- The Creative Shot: fotografías.